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Las mandarinas (Citrus reticulata), también conocidas como mandarinas, son apreciadas por su sabor dulce y ácido, piel fácil de pelar y color naranja vibrante. Estas semillas crecen en árboles frutales productivos que producen naranjas pequeñas a medianas, fragantes y perfectas para picar, hacer jugo y cocinar. Las mandarinas son ampliamente conocidas por su alto contenido de vitamina C, lo que las hace no solo deliciosas sino también una adición saludable a su jardín. Esta variedad prospera en climas cálidos y es ideal tanto para jardineros experimentados como para principiantes que desean cultivar sus propios árboles cítricos.
Características clave:
Información de cultivo:
Luz:
Los árboles de mandarina requieren pleno sol para crecer y producir fruta de manera efectiva. Necesitan al menos 6-8 horas de luz solar directa al día para prosperar, lo que ayuda al árbol a producir fruta de alta calidad.
Suelo:
Las mandarinas prefieren un suelo bien drenado, ligeramente ácido, con un nivel de pH alrededor de 6.0-7.0. Un suelo franco arenoso o franco es ideal para un desarrollo saludable de las raíces y la producción de fruta. Asegúrese de que el suelo sea rico en materia orgánica y no retenga exceso de humedad, ya que los cítricos son sensibles a las raíces encharcadas.
Consejos para plantar:
Comience las semillas de mandarina en interiores en macetas pequeñas aproximadamente 6-8 semanas antes de la última fecha esperada de helada, o siémbralas directamente al aire libre si está en un clima cálido sin riesgo de heladas. Plante las semillas a aproximadamente 1/2 pulgada de profundidad y mantenga el suelo húmedo pero no empapado. Si comienza en interiores, trasplante las plántulas jóvenes a macetas más grandes o directamente al jardín una vez que sean lo suficientemente grandes y el clima sea cálido. Separe los árboles entre 10 y 15 pies para darles espacio para crecer.
Riego:
Los árboles de mandarina prefieren riegos regulares, especialmente durante períodos secos, pero el suelo nunca debe estar encharcado. Riega profundamente y permite que el suelo se seque ligeramente entre riegos. El exceso de agua o un drenaje deficiente pueden causar pudrición de raíces. Durante el desarrollo del fruto, asegúrate de que el árbol reciba humedad constante, pero evita el exceso de riego, que puede reducir la calidad de la fruta.
Beneficios:
Zonas de Cultivo:
Los árboles de mandarina prosperan en las Zonas de Resistencia USDA 9-11, ya que requieren temperaturas cálidas para crecer y producir fruta. Pueden tolerar breves heladas, pero deben protegerse durante eventos de escarcha. En climas más fríos, las mandarinas pueden cultivarse en macetas y trasladarse al interior durante los meses de invierno o en invernaderos para protegerlas de las bajas temperaturas.
Cómo Usar en el Jardín:
Conclusión:
Los árboles de mandarina (Citrus reticulata) ofrecen una combinación perfecta de belleza, sabor y nutrición para tu jardín. Con su tamaño compacto, fruta fácil de pelar y sabor dulce y ácido, estos árboles son ideales para espacios pequeños, jardinería en macetas o huertos caseros. Ya sea que busques disfrutar mandarinas frescas en la cocina, añadir un toque fragante a tu paisaje o cultivar un árbol fructífero para tu familia, los árboles de mandarina brindan una experiencia de jardinería gratificante y placentera.
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